Lladró, es una empresa española, líder mundial en el diseño, fabricación y distribución de creaciones artísticas en porcelana, desde escultura, iluminación, complementos para el hogar hasta joyería, siendo una marca que representa un estilo de vida contemporáneo, elegante y exclusivo. Lladró está representado por la historia de la pasión por la porcelana de los hermanos Juan, José y Vicente Lladró, artistas que hicieron de la porcelana una forma de vida y lograron construir un imperio comercial. Lladró a lo largo de su trayectoria ha recibido varios reconocimientos entre los que destaca; el Premio Príncipe Felipe a la Gestión de Marca Reconocida, el Premio Príncipe Felipe a la Internacionalización y el Premio Príncipe Felipe a la Competitividad.
MUNDO DE LLADRO
Una historia de pasión por la porcelana.
Lladró es la historia de éxito de una marca española icónica. Líder mundial en el diseño, fabricación y distribución de creaciones artísticas en porcelana, Lladró es una mezcla única de talento, audacia y meticulosidad en la búsqueda de la excelencia.
Desde escultura hasta iluminación, accesorios para el hogar y joyería, Lladró es una marca que representa un estilo de vida contemporáneo, elegante y exclusivo.
Los años 50:
El comienzo de la aventura.
Lladró es la historia de la pasión por la porcelana de tres hermanos, Juan, José y Vicente Lladró. Artistas que hicieron de la porcelana una forma de vida y lograron construir con sus propias manos un imperio empresarial.
En 1953, en su casa del pueblo de Almàssera, comenzaron a fabricar sus primeros platos, jarrones y figuras de cerámica inspirados en las obras de los grandes fabricantes europeos de Meissen, Sèvres y Capodimonte.
Es en esta época cuando aparecen por primera vez el modelado de flores o el complejo tratamiento del tul, ejemplos de técnicas virtuosas que aún hoy encontramos en muchas de las creaciones de la marca.
Los años 1960:
La consolidación de un estilo
Fruto de una constante inquietud artística, en esta época se forja un estilo único y distintivo, de líneas alargadas, que hace mundialmente famosas las obras de Lladró. En una demostración de destreza y dominio en el manejo del material, las piezas se vuelven cada vez más complejas y dinámicas, desafiando las leyes de la gravedad.
Lladró introdujo el revolucionario método de monococción que pronto sustituyó a la tradicional triple cocción. Este método pionero contribuyó también a definir otra seña de identidad de la marca: los tonos pasteles característicos de gran parte de su trabajo. En esta década también se fundó en su sede la Escuela de Formación Profesional para dotar a la empresa de artistas y técnicos cualificados.
Los años 1970:
Reconocimiento
Los años 70 son años de actividad febril y madurez creativa. La calidad conseguida lleva a Lladró a acometer obras más ambiciosas, nacen las primeras series limitadas y llega el reconocimiento internacional definitivo.
Tras una intensa investigación, comienza a trabajar con gres, un nuevo material que abre todo un mundo de posibilidades expresivas. La particular resistencia de este material y sus característicos tonos tierra amplían los recursos creativos de los artistas de Lladró.
Los años 1980:
Alcanzando nuevas alturas
En la década de 1980 la búsqueda constante de nuevas formas de expresión continuó a buen ritmo. Un mayor control de la porcelana permitió realizar creaciones que demuestran un extraordinario dominio del modelado. En colecciones singulares como Esculturas, Caprichos o Goyescas, la imaginación de los artistas se deja llevar por la fantasía y el placer de la creación.
La Sociedad de Coleccionistas Lladró se fundó en 1985. A lo largo de sus 15 años de existencia, contó con más de 100.000 coleccionistas de porcelanas de la marca.
En esta década Lladró alcanza dos grandes hitos en su expansión internacional. En 1986 Lladró desembarca en Asia con filiales en Japón y China.
Los años 1990:
Excelencia
En los años noventa, Lladró produjo muchas escenas de época muy complejas, la mayoría de ellas incorporando vívidas composiciones florales que representan la mayor expresión de la esmerada atención al detalle y el saber hacer de los artistas de Lladró.
En 1991, el Museo Hermitage de San Petersburgo acoge una exposición de esculturas de Lladró de la que la Carroza del siglo XVIII y Don Quijote pasarán a formar parte de su colección permanente.
En 1995 se abrió la primera boutique Lladró en Tokio, en el moderno barrio de Ginza; en 1996 abrió su primera tienda propia en la calle Serrano, la exclusiva calle de Madrid, y en 1997 abrió sus puertas la boutique de Beverly Hills en Rodeo Drive.
En esta década Lladró recibe dos prestigiosos premios: el Premio Príncipe Felipe de Internacionalización en 1993 y el Premio Príncipe Felipe de Competitividad en 1997.
Los años 2000:
Nuevos caminos
Lladró lleva su potencial expresivo a nuevas alturas en Alta Porcelana, una colección de piezas de extraordinaria calidad artística y técnica, destinadas a formar un selecto grupo de obras maestras dentro de la producción de la marca.
Al mismo tiempo, Lladró se reinventa con piezas escultóricas en porcelana blanca mate o piezas dinámicas y expresivas decoradas en colores vivos.
Las piezas dedicadas a tradiciones y creencias religiosas comienzan a tener un papel destacado. Uno de los valores de la marca desde sus orígenes es su saber hacer para abordar la espiritualidad de las más diversas culturas con sensibilidad y admiración, haciendo de cada pieza un desafío y una fuente de enriquecimiento para sus artistas.
Esta diversidad de producto se ve reforzada con la colaboración de destacados diseñadores externos como Jaime Hayon, Bodo Sperlein y Culdesac, que añaden su universo personal y artístico a la obra de Lladró en un fructífero intercambio creativo.
La década de 2010:
Diversificación
Lladró intensifica su creatividad en líneas funcionales de iluminación, complementos para el hogar y joyería, reforzando su posicionamiento como marca de porcelana que representa un estilo de vida contemporáneo, elegante y exclusivo.
También se intensifican las colaboraciones en un fructífero intercambio creativo con diseñadores externos de renombre como Paul Smith, Rolito o Gary Baseman.